Son perras,
son French y son mías. La de color blanco es Martina y vive en DF, México. La
gris se llama Nina y vive en Buenos Aires, Argentina.
Son
completamente diferentes en algo y no es solo su color.
Martina no
le teme a nada. Es capaz de trepar el monte más escarpado, de corretear un auto
en medio de la calle y de ahuyentar a un Rottweiller si este se acerca a su plato
de comida, a pesar de medir 45 centímetros y pesar 3 kg.
Nina es todo
lo contrario. Le teme a todo: gente, perros grandes y minúsculos, hojas que se
mueven, el viento que las mueve... y camas.
Mientras
que Martina se sube de dos saltos arriba de una mesa, Nina duda en trepar una
cama de 40 centímetros de altura.
Me llevó
casi un año enseñarle a saltar hacia el colchón y aún hoy que aprendió, es el miedo el que le juega malas
pasadas. Cuando deja que su instinto actúe, sube como la cosa más natural del
mundo. El problema es cuando lo “piensa”. La veo pararse frente al mueble y
prepararse, entonces teme no llegar con el salto y recalcula y va a intentarlo
y de vuelta a recalcular.
Resultado:
se queda sin subir, llorando , creyendo que la cama, que esta a dos palmos
sobre su cabeza, es el inconquistable monte Everest.
¿Por qué actúa
así si su raza se caracteriza por su agilidad? Porque la pobre tiene miedo.
El miedo nos
miente, nos paraliza. Disfraza cuarenta centímetros en diez metros para Nina. Para
algunos de nosotros, transforma una deuda en una sentencia impagable. Una
pérdida amorosa en el fin de la vida. Un despido laboral en la entrega del
techo al banco. Un nubarrón oscuro en la tormenta perfecta.
El miedo aprieta
nuestra mente como un ariete y las voces de los terrores infantiles nos acosan
una y otra vez: Estás acabado. Ahora si
la regaste. Nunca saldrás de esto. Es el
fin.
¿Cuántas veces por miedo no nos salimos de situaciones, lugares y compañías que
nos dañan pero tememos que no hay nada más afuera? Tememos no poder volver a
empezar y paradójicamente, perdemos tiempo y postergamos lo inevitable hasta el
límite, solo para descubrir, ya golpeados, que siempre había una salida y todo
eso por miedo.
Por miedo,
Abraham estuvo a punto de dejar que violaran a su esposa.
Por miedo,
los israelitas construyeron un ídolo de oro y lo adoraron a pesar de haber
vivido su milagrosa liberación de Egipto poco tiempo antes.
Por miedo,
los habitantes de un pueblo le pidieron a Jesús que se fuera a pesar de haber
presenciado un gran milagro.
Por miedo,
los apóstoles no reconocieron a Jesús cuando se acercó a ellos caminando sobre
el agua.
Y muchas veces, por miedo, no logramos reconocer a Dios en nuestra vida, hasta que nos dice, como en
esa noche en el lago: ¡Yo soy, no teman!
El miedo es
el enemigo de la fe. Nos siembra la duda y sea cual sea la situación, el mensaje
subyacente es el mismo: ¿será que Dios podrá
sacarme de esto? Porque si no lo hace, entonces…Dios no me ama y si no me ama…estoy
acabado. El miedo es una serpiente que nos hipnotiza y nos va tragando de a
poco, hasta que nos puede llevar a la desesperación, en el punto donde podemos
cometer todo tipo de errores garrafales.
Pero la
buena noticia es que podemos dar vuelta la frase y descubrir al enemigo mortal
del miedo: la fe.
Esa
confianza absoluta e irracional que se basa en el poder y carácter de Dios,
aquel que dijo que no nos abandonará, que nos bendecirá, que se fortalecerá en
nosotros que somos débiles, que nos perdonará cada vez que estemos dispuestos a
arrepentirnos. La fe no se basa en nuestra percepción de las cosas, sino en la Palabra
de Dios que no cambia. Todo lo que dijo que haría lo hizo, por tanto, todo lo
que queda por hacer también estará cubierto por Él.
El miedo tortura nuestra mente haciéndonos ver todo desde nuestra limitación humana y porque
en eso tiene razón: como humanos estamos sujetos a que las cosas puedan salir
mal, ya que no tenemos el control . Por eso al miedo se lo debe enfrentar no
con nuestros recursos humanos, sino con el poder infinito de Dios y con su amor incomprensible
que se probó en la cruz donde Jesús, siendo inocente, murió por cada uno de nosotros para que pudiéramos
vivir. Por eso, traigamos su voz cada vez que el temor ruge contra nosotros: “Yo
soy, no tengan miedo” Y demos ese salto sin tanto recálculo cuando oigamos esa
voz de mando.
Como diría
un viejo amigo: Si a Dios no se le cae el universo porque lo sostiene con su Palabra…¿Crees que no podrá sostenerte a ti?
Por supuesto
que sí. Garantizado. Quizá no del modo que lo esperamos, pero será de la mejor
forma. Simplemente porque Él es Dios. Eso hace toda la diferencia.
Pablo M.
REFERENCIAS BIBLICAS:
GENESIS 20
EXODO 32
1 SAMUEL 15
MATEO 25
LUCAS 8
JUAN 6
Si deseas dejar un comentario o contarnos una
experiencia similar, debajo de cada relato encontrarás el casillero adonde
escribirlo y en “Comentar como” solo abres la pestaña “Nombre/url” y allí dejas
tu nombre.
Si esta reflexión fue de bendición para tu vida, por
favor compártela con otros. Cada semana habrá nuevas reflexiones en este blog.
Si lo deseas puedes seguir nuestro twitter: @pescadorcorazon donde
te avisaremos al instante cada vez que haya nuevas entradas en el blog.
CLIQUEANDO SOBRE EL TITULO DE BLOG, PODRÁS VER TODOS LOS RELATOS UNO DETRÁS DEL OTRO.
CLIQUEANDO SOBRE EL TITULO DE BLOG, PODRÁS VER TODOS LOS RELATOS UNO DETRÁS DEL OTRO.
Pescador de corazones stories © All rights reserved.
PABLO: Tienes muchisima razon, el miedo a paralizado mi vida y mis proyectos por mucho tiempo...(la construccion de mi casa,el acceder a mejores trabajos,desarrollar mis talentos..) y...es que soy como tu mascota, pienso....y....repienso y recalculo....todo el tiempo y temo perder lo que ya tengo...en fin...Lamento decir que pueda ser mi falta de Fe es triste pero a veces e pensado que DIOS no me va a ayudar por mis errores y pecados...
ResponderEliminarY se lo he dicho en Oracion y lloro mucho por eso..Pero tienes Razon....DIOS NOS AMA A PESAR DE TODO...Ahora....en estos tiempos el esta tratando conmigo ...con mucha Paciencia ...ayudandome a confiar en El ...otra vez...y sabes es como el Padre que de a pokitos le da confianza a su hija...
Le pdo en una corta oracion que haga venir el bus que me lleva al trabajo porke se me hace tarde y ocurre....le pido en Oracion que el dinero me alcance hasta terminar el mes....y....pasa....NO pienso que haya tantas CASUALIDADES....pero el me dice en cada cosa pekeña que hace por mi que no pierda la Fe....que confie...y en eso estoy Amigo mio...
gracias por este blog..y que DIOS TE REBENDIGA,,...!!
Querida Belén, el mismo Dios que hace que tu bus llegue a tiempo es quien hizo y sostiene TODO o que existe. Así como confías y eres fiel en lo poco, él te llevará a lo que necesitas y crecerás más y más, recuerda: e que se acerca a Dios debe creer que existe y que es GALARDONADOR (premiador, recompensador) de los que le buscan. Mil gracias por leerme, que Dios te bendiga y sorprenda HOY.
EliminarHermosa ilustración...Saludos
ResponderEliminarEs verdad! El miedo nos consume y nos hace perder la esperanza en el futuro. Nos perdemos oportunidades y dejamos de vivir x temor de que algo malo podria pasar.
ResponderEliminarEn mi experiencia luchando con el temor. Sólo permaneciendo en Dios he podido super estos supuestos gigantes. Porque al poner la mirada en El nos llenamos de su amor.