Unos de los últimos temas que interpretó el cantante
Elvis Presley en un concierto antes de morir se llama “A mi manera”. Esta
es una versión escrita por Paul Anka de un tema francés que nada tiene que ver
con la versión americana. Es una especie de himno, popularizado por Frank
Sinatra, que dice básicamente que “hice las cosas como quise y me haya
ido bien o mal, hice las cosas a mi modo”.
Elvis murió al poco
tiempo de haber cantado esta canción. Falleció de un paro cardíaco a los 42
años. Su corazón ya no resistió después de mucho tiempo de abuso de drogas por
parte de su dueño. Fue el precio que pagó Elvis por vivir "a su manera".
Cierta vez estaba yo
en Lima. Había acabado mis quince minutos de fama en la tele y la música
rock y caminaba por la Av. Javier Prado con pocos soles en el bolsillo y sin
saber cuál sería mi próximo paso, cuando Dios me dijo claramente en mi mente
“Quiero que traigas al grupo de rock Torre Fuerte y organices un concierto con
ellos”.
A los Torre Fuerte
(grupo cristiano de jazz rock formado en ese entonces por los Hnos. Hermosillo
y Álvaro López Jr., todos ex músicos de Luis Miguel) los había conocido en mi programa
de TV y me habían impactado por su talento, humildad y devoción a Dios.
Entusiasmado por la tarea que me pedían, me puse manos a la obra y contacté a
tres personas para que se unieran a mi causa: al dueño de una agencia de
publicidad, a su ejecutiva de cuentas y a un misionero Guatemalteco que conocía
bien al grupo. Enseguida pensé “Esto será fácil. Con mis contactos voy a
hacer que varias empresas patrocinen el evento y será un éxito”.
Decidí hacerlo “A mi
manera”.
Unos meses después,
se unió al evento la cantante Yuri que recién había entregado su vida a Jesús.
Ahora todo cambiaba y necesitábamos expandir el evento a un estadio o domo. Los
costos se triplicaron, pero yo decía con toda la fe: “No importa, porque estoy por cerrar con
tal refresco o tal empresa y todos los gastos serán patrocinados” .
Torre Fuerte
Yuri
A dos días del
evento, debíamos más de 30,000 dólares. No había patrocinadores. No se habían
vendido ni el diez por ciento de entradas. Me dije: “No importa, voy a meter a
Yuri desde dos días antes a un tour de prensa y vamos a vender todos los
boletos”
Lo iba a solucionar
“A mi manera”.
Yuri perdió el vuelo
y llego el día anterior al evento, sin tiempo para mucha prensa. Para colmo de
males, los medios habían ido el día anterior a la conferencia y, al ver la
ausencia de la mexicana, dudaban de la veracidad del concierto. La noche
anterior al evento me había dado cuenta los errores que había cometido y
todo vaticinaba que, un evento grandioso que había salido del corazón de Dios,
iba a acabar en desastre porque yo quise hacer "a mi manera"…
Quizá esa canción se
pudo haber inspirado en Naamán.
Naamán era un General
sirio. Tenía la fama de haber ganado batallas, tenía el afecto y favor de su
Rey... y tenia lepra.
Una esclava hebrea le contó a la mujer del Rey que el profeta en Israel podía sanar al General de su aflicción. El Rey de Siria envió a Naamán con el profeta Eliseo.
Una esclava hebrea le contó a la mujer del Rey que el profeta en Israel podía sanar al General de su aflicción. El Rey de Siria envió a Naamán con el profeta Eliseo.
Naamán fue, con su
carro y sus caballos, y se detuvo a la puerta de la casa de Eliseo. El profeta envió un mensajero que le dijo al General: “Ve y lávate siete veces en el río Jordán,
y tu cuerpo quedará limpio de la lepra”
Naamán se enfureció,
y se fue diciendo:
Yo pensé que iba a
salir a recibirme, y que de pie iba a invocar al Señor su Dios, y que luego iba
a mover su mano sobre la parte enferma, y que así me quitaría la lepra. ¿No son
los ríos de Damasco, el Abaná y el Farfar, mejores que todos los ríos de
Israel? ¿No podría yo haber ido a lavarme en ellos y quedar limpio?
Naamán se enfureció
porque Eliseo no lo curó a la manera de Naamán. Este ya tenía en su mente
descrita la manera en que el profeta iba a sanarlo, pero…¿Acaso el profeta no
sabía mejor que se necesitaba para sanar al sirio que este mismo?
Río
Jordán
Ocurre que el
problema de Naamán no era la lepra, ni el de Elvis las drogas, ni el mío el no
poder conseguir patrocinadores para el evento. Nuestro problema era el orgullo.
El orgullo es uno de
los peores enemigos del hombre. Nos ciega, nos miente, nos mete en problemas y
nos mantiene alejados de la solución de los mismos.
Eliseo lo sabía y por
eso ni siquiera salió a recibir al sirio. Cuando su criado le dijo a Naamán que
hacer para quedar limpio, las palabras del enfurecido Naamán confirmaron su
problema de orgullo, porque este estaba acostumbrado a hacer todo "a su
manera".
Es muy difícil dejar
que Dios nos transforme a través de una pared de orgullo. El orgullo nos quita
los ojos de la realidad. Nos impide ver nuestra necesidad de Dios. Por eso Dios
nos recuerda en Su palabra todo el tiempo que tengamos cuidado con no caer en
esta debilidad de carácter, porque nos hace fácilmente olvidar nuestro lugar y
las bendiciones que Dios nos da.
Lo contrario al
orgullo es la humildad. Esta pone nuestro corazón en las manos de Dios para que
este pueda trabajar en él. El mayor ejemplo de humildad lo obtuvimos de Dios
mismo: Jesús, el Rey de Reyes y Señor de Señores, nació en un humilde pesebre,
hijo de un humilde carpintero e hizo solo la voluntad de su Padre hasta su
humillación más sublime muriendo en la cruz para salvarnos.
Cuando se quita el
orgullo, podemos sintonizar con Dios. Cuando Naamán lo comprendió y se dejó
tratar por Dios, su corazón cambió y fue capaz de decir algo como esto al
profeta:
“En ese caso permite
que me lleve dos cargas de mula de tierra de Israel; porque este servidor tuyo
no volverá a ofrecer holocaustos ni sacrificios a otros dioses, sino al Señor”
Solo la misericordia
de Dios nos puede salvar del desastre que el orgullo trae a nuestras vidas. Yo
he tenido que lidiar toda mi vida con ese problema (Quizá el ser argentino me
ha predispuesto genéticamente un poco a este mal…quien sabe) pero la gracia de
Dios me motiva a trabajar día a día para vivir como Jesús vivió.
Y esa gracia me salvó
muchas veces de malas decisiones provocadas por el orgullo, lo que me lleva de
nuevo a la noche previa al evento de música que Dios me había pedido que
produjera…
Esa noche entendí mi
error (especialmente al ver a mis socios que se querían arrojar desde la azotea
porque debíamos mucho dinero y no había manera de recuperarlo a estas alturas)
Luego de entender, Dios me dio la paz de saber que El se haría cargo de la situación
que yo había creado.
A la mañana
siguiente, aunque casi no había habido promoción y cierta prensa había insinuado que el evento era un fraude, cientos de personas corrían
al estadio a comprar su boleto.
Esa noche, el Coliseo Amauta se llenó con más de 15.000 personas y quedaron como 2.000 afuera sin poder entrar. Muchos conocieron a Jesús allí y todas las cuentas quedaron saldadas y yo aprendí lo que Elvis no pudo aprender: que las cosas siempre funcionan cuando las hacemos a la manera de Dios, porque es a la manera de Su voluntad y Su voluntad siempre es buena, agradable y perfecta.
Esa noche, el Coliseo Amauta se llenó con más de 15.000 personas y quedaron como 2.000 afuera sin poder entrar. Muchos conocieron a Jesús allí y todas las cuentas quedaron saldadas y yo aprendí lo que Elvis no pudo aprender: que las cosas siempre funcionan cuando las hacemos a la manera de Dios, porque es a la manera de Su voluntad y Su voluntad siempre es buena, agradable y perfecta.
Pablo David Monlezun
Concierto
de Torre Fuerte y Yuri en el Coliseo Amauta.
Todo
el éxito de ese evento tuvo un solo responsable: Dios
REFERENCIAS BÍBLICAS:
2 REYES 5
DEUTERONOMIO 8
1 SAMUEL 2
PROVERBIOS 11
ROMANOS 1
FILIPENSES 2
SALMOS 10
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