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jueves, 29 de agosto de 2013

TU SEGUNDO AIRE

El 6 de Marzo de 1957, sentado en su camerino, Dean Martin aguardaba su turno de actuar. Tenía 40 años de edad y, por primera vez en mucho tiempo, tenía miedo. Y no era para menos, era su primer unipersonal en años y la mayoría de la gente que había copado el Hotel Sands estaban allí para ver el final de su carrera.

Once años atrás, el cantante Dean Martin había conocido a un flaquísimo cómico  Jerry Lewis y ambos se habían caído tan bien el uno al otro, que decidieron trabajar juntos sin saber que  pronto se convertiría en uno de los dúos cómicos más populares y queridos del país y que  juntos conocerían  las altas cumbres de la fama en el teatro, el cine y la televisión.

DEAN Y JERRY EN SU APOGEO

Pero la fama suele inflar, además de las cuentas bancarias, el ego y tras una década juntos, Lewis decidió que era momento de irse por su lado. 
El dúo se separó y Martin debió enfrentar una inquietante realidad: ya no era joven y la gente lo veía como un cantante melódico más de los que abundaban en Usa en esa época y que , efectivamente sin Lewis, Martin pronto caería en el olvido.

Toda la lógica indicaba que así sucedería. El dueño del hotel Sands invito a Dean a dar un espectáculo en solitario. Dean aceptó. Las apuestas comenzaron a correr y estaban diez a uno en contra de Martin. Por los pasillos el rumor era el mismo: "vayan a ver como Martin sepulta su carrera sin el apoyo de Lewis".

Y esto habría efectivamente sucedido si no hubiese existido una llamada telefónica de alguien que pensó que este artista de 40 años que parecía destinado al fracaso, podía tener su segundo aire…

En el teléfono estaba el guionista Ed Simmons de la época en que Martin y Lewis acaparaban el rating con su show televisivo. Simmons le dijo a Dean que, si quería volver a triunfar, tenía que ofrecer algo completamente nuevo, en vez de un  “Martin sin Lewis”. 
Rápidamente crearon entre ambos un personaje donde Dean personificaría una especie de borrachín simpático que se burlaría constantemente de su condición  (totalmente actuado en esa época, pues Martin siempre llevaría consigo un vaso de jugo de manzana simulando ser whisky)

Esa noche, las luces se apagaron frente al escenario del Sands y un voz presentó a Dean  con una frase que luego se convertiría en un mítica entre sus seguidores: “ El Hotel Sands se complace en presentar a la estrella de nuestro espectáculo. Directamente desde el bar…¡Dean Martin!

Desde ese momento, el publico olvidó al cómico de antaño y Dean se convirtió en una mega estrella de la música y el cine de entonces, amado por el público, con su propio show televisivo con altos niveles de audiencia, a una edad adonde otros artistas ya se retiraban…

 
EL RENACIMIENTO DE DEAN MARTIN EN EL HOTEL SANDS

Unos años más tarde, en 1971, un poco mas abajo en el mapa, un cómico mexicano cumplía 42 años de edad. Le había ido muy bien como guionista y tenía su propio programa en la televisión, pero a los 42 años, Roberto Gómez Bolaños ya no esperaba lograr algo en la vida que fuera realmente significante para él y para la gente. Muchos cómicos habían llegado al pináculo de su carrera a esa edad y sabían que desde allí todo solía ser cuesta  abajo.


Entonces, se le ocurrió un sketch donde un niño huérfano se relacionaba con otros en una vecindad de clase popular, típica en México. Nació así “el Chavo del 8” 
Fue tal el éxito de este personaje y su universo, que el programa fue visto desde entonces en toda Latinoamérica y varios países del mundo por más de 40 años a la fecha. Se estima que ha tenido una audiencia de 300 millones de espectadores a la semana. En sus repeticiones de hoy en día en cualquier país donde lo pasen, no baja de los 10 puntos de rating.

EL CHAVO DEL 8

A los 42 años de edad, Roberto Gómez Bolaños “Chespirito” fue catapultado a la estratosfera de la fama cuando nadie hubiera dado un centavo por él.

Un poco más atrás en la historia  y más a la derecha en el mapa, Moisés tenía 80 años y había dejado Egipto 40 años atrás. Este anciano pastor no esperaba mucho más de la vida que sacar a las ovejas, meter a las ovejas y morir algún día en el proceso. 

Y quizá en eso meditaba cuando de topó con Dios en el desierto. 

Desde una zarza ardiendo que no se consumía, Dios le hablo a este abuelo sin experiencia  y lo mando a liberar a los hebreos en Su nombre. Al principio Moisés puso varias excusas que cualquiera con un poco de lógica hubiera secundado, pero finalmente obedeció a Dios y le creyó y recibió su segundo aire y tiempo más tarde, conducía a tres millones de hebreos hacia la tierra prometida mientras se sacaba las arena de su zapato tras haber cruzado caminando el Mar Rojo.

Unos años después, un par de pescadores regresaban de sus labores sin nada que ofrecer. Todos eran adultos y estaban condenados a vivir de la pesca hasta su muerte. Y no les iba muy bien en el negocio, así que digamos, nadie andaba por ahí comentando: “¡Pero que increíble Pedro y su familia! ¡¡Que tal gracia para sacar las redes! ¡Que tal manejo para descamar atunes!  

No, al contrario, Pedro y los demás eran tan anónimos para la gente como un perro callejero en un mercado.

Entonces, alguien pensó que estos pescadores  podían tener un segundo aire glorioso y los llamó desde la playa y les demostró que se podían hacer las cosas de otra manera. 

A partir de allí, Pedro y sus amigos colgaron sus redes y cambiaron el letrero de su oficina a “Pescadores de hombres” y se fueron tras Jesús a  hacer historia…

Vivimos en un mundo muy complicado y competitivo. Todo cambia muy rápido y los valores van cambiando con la misma rapidez. Todo alaba a la juventud y al éxito temprano (sino pregúntenle a Justin Bieber y las demás estrellas instantáneas)  
Las generaciones de gente de 40 años para arriba caminan a  diario a sus trabajos con el temor latente de ser despedidos y ser arrojados a un mundo que no perdona las arrugas y el no estar inmerso en nuevas tecnologías y redes sociales desde el nacimiento.

Y dentro de la lógica actual es comprensible ese temor. La experiencia ha sido reemplazada con los caudales de información que nos rodea, porque se cree que la experiencia de las otras generaciones ya no se puede aplicar al cambio de paradigmas de la última década y por tanto, se ha vuelto obsoleta como un walkman a cinta o como un teléfono de discado.


Ahora, para Dios que decide presentarse en medio de una zarza ardiendo en el desierto, la lógica humana no es el principal tema de agenda.

Dios no mide la historia como nosotros la medimos. Los logros tecnológicos de hoy no figuran en el time line divino como un suceso importante. Porque a Dios le importan más las vidas de las personas que la marca de sus tablets. Y a Dios le encanta tomar los casos que el mundo ha descartado, los parias de esta generación, lo vil, lo menospreciado para convertir a esos patitos desterrados en nuevos cisnes de brillantes colores y propósito eterno.

Solo Dios tiene el poder de soplar un “segundo aire divino” por medio de su Espíritu que transforme a un hombre preso del presente, liberándolo de las cadenas de su pasado y encaminándolo a un futuro nuevo diseñado exclusivamente para él como un traje a medida.

¿Sabes cuándo es tarde para cambiar?: Cuando escriben tu nombre en el certificado de defunción. Si aún no has llegado a ese punto, entonces  todo es posible.

Cada sueño anhelado, cada meta por alcanzar, cada proyecto soñado…Todo puede revivir bajo la mano de Dios conforme a Su voluntad. Cada segundo es una oportunidad para ver su poder manifestarse a través de nuestra debilidad.

Si fuiste rechazado por la sociedad actual, si sientes que no tienes cabida en esta generación, si todos te desprecian porque tienes una  arrugas de más, el cabello con algunas canas bajo la tintura, no tienes el cuerpo del actor de Súperman, ni entiendes como funciona una Mac:  

¡¡¡Felicitaciones!!!!  ¡Te has hecho acreedor a una oferta única, especialmente pensada para personas como tú! ¡Especialmente firmada por tu Creador y dirigida únicamente, personal e intransferiblemente a ti!: Dios tiene un plan renovado para ti. 

Olvídate de los que viviste. Olvídate de los que viste. Eso no es nada. Si fue increíble, lo que viene lo superará . Si fue doloroso y terrible, lo que viene te hará olvidarlo y sanar. Porque Dios tiene para ti cosas que ojo no vio ni oído oyó: Planes nuevos, fuerzas nuevas, puertas nuevas, caminos nuevos, nueva familia, nuevo amor, nuevo hogar, nueva canción…Porque Dios es el máximo creativo y constantemente está creando y como gran creador, solo busca un buen barro que se deje amasar otra vez con sus manos amorosas y se convierta en una nueva obra de arte que resplandezca, brille y atraiga a los demás hacia el artista.



Así que prepárate: Tu serás su próxima obra maestra.

¡Y mientras veo al Chavo todavía al aire, brindo con jugo de manzana por adelantado, celebrando tu próximo éxito de la mano de nuestro Creador!




Nota del autor:
(Parte de la historia de Dean Martin está tomada del blog “Rat pack viviendo a su manera” del autor Javier Márquez Sánchez: http://viviendoasumanera.blogspot.mx/p/dean-martin.html)


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sábado, 17 de agosto de 2013

¡ RIIIINNNNNGGGGG !

Mi perra Martina se acostumbró a algo. Cada mañana de lunes a lunes la saco a pasear una media hora antes de irme a trabajar. No me disgusta hacerlo, por un lado disfrutamos de la mutua compañía y por otro es un buen momento para meditar y orar.

Ahora, no siempre tengo el tiempo o la completa disposición para sacarla,  pero eso a Martina no le importa. 
Cada mañana, sin ningún decoro ni protocolo, me avisa que ya es hora de sacarla: Llueva o haya sol, si estoy trabajando en al compu me salta encima, si estoy durmiendo salta encima de mi cama y baila el Jarabe Tapatío sobre mi cabeza  hasta que me levanto. Ella simplemente pide “Quiero salir”, sin importarle cual sea mi voluntad, nunca deja de pedir y si en una de esas no la puedo o quiero sacar, pues se espera un rato y…

¡Vuelve a pedir, vuelve a llamar, vuelve a buscar…Riiinnng, Riiinnng, Riinnng!

SÁCAME






Despierta...Y SÁCAME


¿Te vas sin SACARME?

          

¿Esteee...Ya me sacaste?  

Jesús nos dijo precisamente eso: Que pidamos, que golpeemos, que busquemos, sin ningún condicional delante del verbo. No es si queremos o si tenemos ganas o si nos sentimos bien o mal. Estos presentes del subjuntivo son continuos y nos invitan a hacerlo en todo tiempo y forma. Es una constante invitación a que busquemos de Dios todo el tiempo y para toda necesidad.  

Y tras esa invitación viene implícita una respuesta: “Se nos dará, se nos abrirá, encontraremos” Claro que no siempre será la respuesta tal cual la queríamos, pero siempre tendremos la mejor respuesta.

El timbre con que llamamos a esta puerta es la fe. Y este timbre atrae a Dios.  

Hay muchas clases de timbres en las puertas:  Los hay bonitos y de melodías sinfónicas eternas y los hay austeros, de ring seco y monótono, pero todos sirven al mismo propósito: atraer la atención del dueño de casa hacia la entrada.

Cierto capitán Romano tenía un siervo enfermo. Unos judíos le pidieron a  Jesús que lo fuera a sanar pues este capitán había hecho muchos favores a los judíos de su zona. Jesús fue, pero antes de llegar, lo recibió un siervo de este capitán con un mensaje del dueño de casa: “No merezco que entres en mi casa , solo da la orden y mi siervo será sanado”

Jesús se maravilló tanto de la fe de este soldado romano  y el siervo sanó en ese momento.

El capitán simplemente entendió quien era Jesús y reconoció su autoridad y en ese reconocimiento de la deidad de Jesús, demostró su fe y asombró al mismo Jesús.

A veces, ante la necesidad de “llamar” a Dios nos ponemos a filosofar sobre si tenemos fe y sobre lo que significa la fe. ¿Qué es la fe? ¿Cómo sé que tengo la fe suficiente? ¿Tengo que saltar, tengo que cerrar los ojos con fuerza como si estuviera en el baño? ¿Tengo que negar la realidad y a los problemas como si estos no existiesen?

Pues al capitán Romano, aparentemente, estos conceptos no le perturbaban demasiado. A diferencia de los  religiosos de la época, el capitán era un hombre práctico. Como todo soldado, sabía en la batalla no hay protocolos: Uno hace lo que debe hacer  o acaba muerto. El fue claro y directo en su pedido a Jesús y recibió esa respuesta.

El capitán reconoció quien era Jesús y ese justamente es el principio de la fe y su definición: Cualquiera que se acerque a Dios debe creer que Dios existe y que premia a los que lo buscan. Punto, no hay más discusión, no hay mas argumento.

Si estas buscando a Dios es porque crees que existe y que te contestará, entonces, tienes fe (El que no tiene fe, no busca a Dios)

Ahora volviendo a los timbres, decía que los hay de todos tamaños y sonidos. ¿Acaso, si no tengo el tamaño de fe del capitán no llamaré la atención de Jesús? ¿Y qué si mi fe es pequeña, débil, como una llamita, quizá ni eso, quizá ni es una llama, sino solo humo en la mecha de una vela  que lucha por no enfriarse?

Esa pregunta quizá se la estaba haciendo el padre de un muchacho endemoniado mientras avanzaba hacia Jesús en medio del gentío, quizá también luchando con la duda como muchos de nosotros. Sin embargo, se presentó frente a Jesús y le pidió que sanara a su hijo. De hecho le pidió a Dios mismo que “si podía hacer algo” sanara a su hijo… Mmmm, nada impresionante presentación ¿verdad?
El “Si puedes” lo hizo descender inmediatamente en el ranking de la fe hasta el último lugar, junto con  Judas o Pilatos. Pero Jesús no se ofendió y le devolvió la respuesta como un tenista devuelve un saque con un revés, diciéndole: “Si puedes  creer... al que cree todo le es posible”

Ahora la pelota estaba en el campo del pobre padre que sufría por su hijo ¿Creer? ¿Después de decirle a Dios “Si puedes hacer algo”?  Imagino a algunos fariseos y por qué no, algunos discípulos (Es que todavía no maduraban) riendo por lo bajo. Pero el padre sacó fuerzas de donde no tenía y contestó: “Creo…Ayuda mi incredulidad” (Versión R. Valera)

¡Uy, ahora si se le hizo la noche!  ¡Confesó incredulidad! (Ya imagino ciertos evangelistas negando con la cabeza) Pero Jesús no se asustó ni lo desestimó, sino que reprendiendo al espíritu malvado, sanó a ese muchacho y su padre pudo verlo sano finalmente después de muchos años. ¿Acaso el hombre mostró mucha fe? Ciertamente no, sin embargo, atrajo la atención de Jesús. ¡Y, por cierto, si quería que Jesús lo ayudase en su incredulidad, después de haber visto sanar a su hijo supongo que este hombre ya creía lo que sea!

Para aquellos que nos gusta medir la fe en kilogramos, Jesús dejó una medida específica de fe para un propósito específico: Si tuviésemos fe como un grano de mostaza, le podríamos decir a un monte que se mueva y este se movería. Un grano de mostaza, nada impresionante. Sin embargo, el mundo no tiene ni siquiera ese grado de fe.



Los que creemos en Dios y aun andamos luchando por mejorar cada día y a veces nos desanimamos y nos sentimos defraudados cuando las cosas no avanzan y creemos que nuestra fe es poca y que a Dios no le agradamos por eso…¡Stop ahí mismo! Mis estimados: la fe no es algo cotidiano en el mundo.  ¿O porque creen que Jesús nos llama “manada pequeña” a sus seguidores? Porque somos pocos y como buenas ovejas, muchas veces tercos, rebeldes y lentos de aprender, pero el Pastor nos ama y nuestros lastimosos balidos de fe alcanzan para que nos abra la puerta del redil y encontremos refugio, paz, sustento y amor.

Muchos años antes que Jesús llegara al mundo, Isaías escribía sobre él: “No apagará el pábilo que humeare” En otra versión más moderna: “No apagará la mecha que apenas está encendida…” No la apagará, no la desechará así como no desechó al padre del endemoniado…Si hay un resquicio de fe, si hay un poquito de pila en el timbre, El atenderá y abrirá la puerta siempre, porque  la fe no deja de llamar a Jesús, como Martina no deja de pedirme que la saque cada mañana, haya sol o llueva, quiera yo o no quiera.

Y a  Martina, la insistencia le resulta un 80% de las veces... ¡Jesús promete abrirnos siempre!

Pablo David Monlezun



REFRENCIAS BÍBLICAS

MATEO 7

LUCAS 7

MARCOS 9

HEBREOS 11

ISAIAS  42 

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viernes, 9 de agosto de 2013

¿NO TE HE DICHO?

Hace un par de años ocurrió que hubo una merma de trabajo muy fuerte en el canal de TV adonde trabajaba, misma que coincidió con las fiestas de fin y principio de año. De pronto me encontré ante el problema que tenía que conseguir un empleo que me diese el dinero que no había podido cobrar en Diciembre y Enero porque las cuentas ya estaban tocando a mi puerta.

De pronto me encontré ante un imposible.

Por un lado era la época en que no se comienzan nuevos proyectos ya que todos los programas de TV en México suelen arrancar hacia Marzo por asunto de ventas. Por otro lado, aún sucediera un milagro y hubiese un proyecto que arrancase en ese momento, este no se pagaría hasta dos meses después cuando estuviese al aire…De un modo u otro, estaba en serios problemas.

Cuando todo presagiaba que iba a caer en la desesperación y el estrés, casualmente estaba leyendo mi biblia y  Dios me llamó la atención a ver esto como una oportunidad para que El me mostrase su poder. Así que yo, muy obediente, oré en consecuencia y le pedí a Dios trabajo y el dinero que necesitaba y lo necesitaba para ya. Y lo creí. Creí que Dios podría hacer posible lo que mi experiencia me decía que era imposible…

Cierta vez, durante el tiempo en que Jesús  enseñaba a sus apóstoles, sucedió que un gran amigo de Jesús enfermó de gravedad. Su familia, amigos y aún los apóstoles supieron que lo mejor que podía pasar era que Jesús fuera y lo sanara. Este permaneció un par de días sin moverse del lugar antes de partir. Durante esos días, el amigo de Jesús , Lázaro, finalmente murió.

Para cuando Jesús llegó hasta donde estaba la familia de Lázaro, este llevaba ya tres días de muerto.

Para cualquiera que haya tenido contacto con cadáveres, sabe que un cuerpo que lleva tres días de muerto en el sofocante desierto, está en un estado avanzado de descomposición.

Por eso, cuando Jesús pidió que retiren la piedra del sepulcro, le advirtieron que no lo hiciera porque el cuerpo ya despedía un olor muy desagradable, el olor a putrefacción. Se conoce que el cerebro puede aguantar hasta ocho minutos sin oxigeno antes que haya daño cerebral irreversible. Por eso los médicos saben que tienen un límite de tiempo para revivir una persona que ha dejado de respirar. Durante ese corto lapso, los médicos luchan con todo lo que tienen a la mano, pero cuando el límite de tiempo los ha sobrepasado, la lucha de detiene y el médico indica la hora de muerte del paciente para que conste en su archivo…ya no hay nada que hacer, ya es imposible traerlo de vuelta.

8 minutos para reanimar el cerebro…Y Lázaro lleva 72 hs. muerto y está descompuesto. ¿Qué tipo de fe puede imaginar que ese cuadro puede revertirse?




Hay momentos en la vida en que todo parece imposible. 

Le pedimos a Dios que nos ayude en tal situación y la ayuda no llega cómo y cuándo la esperábamos.  Frustrados y perplejos pensamos: “Dios no hizo nada…ya no hay manera de salir de esto”. La familia de Lázaro esperaba que Jesús lo sanase y Jesús no llegó. Lázaro murió…ya no hay manera. El ejército egipcio está por llegar y vienen enojados y el pueblo de Israel acaba de quedar atrapado entre ellos y el Mar Rojo…ya no hay manera. La barca con los apóstoles esta internándose en una tormenta y Jesús duerme. De pronto la furia del ciclón arremete contra la barca…ya no hay manera…El médico me dcie que lo que tengo es incurable...ya no hay manera...Mi esposo nos abandonó seducido por una mujer más joven...ya no ha manera...El trabajo se me acabó en el peor momento posible...no hay manera...

Es en esos momentos cuando, para algunos de nosotros, la fe se tambalea como un castillo de naipes.

Y es que muchas veces miramos a Dios bajo la perspectiva humana. Ante un problema, imaginamos la solución “normal” que Dios puede traer a ese problema (Como las hermanas de Lázaro pensaron ante la enfermedad de su hermano: la solución era que Jesús llegara, lo sanase y adiós problema)

Y no es que no tuvieran fe, ni es que nosotros no la tengamos. En el mismo capítulo, las hermanas de Lázaro declaran dos veces su fe en la divinidad y poder de Jesús:  

“Entonces Marta le dijo a Jesús:
—Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero aun así sé que si tú le pides algo a Dios, él te lo dará.
Jesús le dijo:
—Tu hermano volverá a vivir.
Marta le dijo:
—Yo sé que él volverá a vivir cuando sea la resurrección, en el día final.
Jesús le dijo:
—Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. Si alguien vive y cree en mí, realmente no morirá jamás. ¿Crees esto?
—¡Sí, Señor! Creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, que iba a venir al mundo.”

Cuando la solución que pensamos no llega, nuestra limitación humana nos dice que ya es imposible salir de ese problema.

Es increíble como tan a menudo ponemos limites a lo que Dios puede hacer, olvidando que Dios no tiene límites (Si no...pues no sería Dios. Lógico ¿No?). 
Bajo esta perspectiva, Él puede hacer lo que quiere. El podría hacer desaparece este mundo en un microsegundo (sin necesidad de bombas nucleares ni cometas asesinos) y hacerlo reaparecer otra vez pero de color morado, justamente porque Dios no tiene límites, ni de espacio, ni de tiempo, ni de recursos.

A veces, Dios permite situaciones que parecen imposibles de ser sobrellevadas en nuestras vidas  y no es con el objetivo que suframos, como a muchos nos parece en esos momentos. Claro, uno sufre a veces, pero el fin es otro. 

La familia de Lázaro sufrió la muerte de este. En esos momentos  sentimos que nuestras fuerzas van a fallar y que nuestra fe no va a alcanzar ante el desafío que tenemos por delante.

Y resulta que el propósito de Dios para ese momento no es otro que revelarnos personalmente su gloria, que compartamos algo que nadie más podrá compartir. Que veamos algo único y entendamos que Dios es Dios y que, cuando parece que estamos familiarizándonos con El, nos sorprende con algo espectacular e inesperado y toda nuestra experiencia cristiana parece desvanecerse ante la nueva revelación. Por eso cierra toda puerta que nos pueda tentar a quitarle algo de merito a Él y nos provee una salida que no deja lugar a ninguna duda acerca del poder de Dios y de su amor siempre oportuno.

Por eso Jesús llega tarde a propósito y evita sanar a Lázaro, para enseñarles a todos la lección más importante: ¿No te he dicho que si crees veras la Gloria de Dios?” Punto, no hay mas condicionales que “Creer”. Otra traducción de la Biblia “La Biblia para todos” (personalmente mi versión favorita) dice: ¿No te dije que si creías ibas a ver la grandeza de Dios?

La grandeza de Dios. No un milagro de esos a los que ya se estaban acostumbrando los que rodeaban a Jesús, como unos preguntaron por ahí: “Este hombre le dio vista al ciego, ¿por qué no pudo evitar la muerte de Lázaro?”…Mientas estamos vivos todo es posible, pero cuando algo que sobrepasa nuestro entendimiento humano se presenta, nos quedamos sin respuesta, nos sobrepasa.

El ver a Dios actuando fuera de nuestra esfera de entendimiento nos deja perplejos. 
Entonces la grandeza de Dios se deja ver y echa toda familiaridad por tierra:

“Entonces quitaron la piedra. Jesús miró hacia arriba y dijo:
—Padre, te agradezco porque me has escuchado. Sé que siempre me escuchas, pero lo digo por toda la gente que está alrededor. Así creerán que tú me enviaste.
Después de decir esto, Jesús gritó:
—¡Lázaro, sal de ahí!
El hombre que había estado muerto salió. Sus manos y pies estaban todavía atados con vendas, y su cara estaba envuelta en un lienzo. Jesús le dijo a la gente:
—Desátenlo y déjenlo ir.”



El que estaba muerto desde hacía más de tres días. El que estaba en estado de putrefacción, salió caminando y en perfecto estado de salud y con hambre y sus pasos se volvieron a oir  y su sombra se dibujó una vez más sobre la tierra mientras se encaminaba a algún puesto de tacos (Tengo la teoría personal que en todo evento social aparece un tipo que aprovecha para venderle tacos a la gente) y nos demostró lo que a veces solemos olvidar, aun en nuestro diario caminar junto a Jesús: Dios es único y glorioso y no hay nada que no pueda hacer. Dios no tiene parámetros y me fe no puede funcionar dentro de mis parámetros. Me fe no debe concentrase en el muerto y lo mal que huele, sino concentrarse en que Jesús esta aquí y a Él nada lo contiene ni lo detiene. “Tranquilos, Jesús esta aquí y ya no hay nada que temer. No sé como lo va a hacer pero Él se hará cargo porque nada es imposible para Dios”


Y nos ama tanto que le ha placido (le dio la gana) de compartirnos Su reino glorioso a una manada pequeña de ovejas de escasa inteligencia espiritual que solemos olvidar delante de quien estamos y el sublime amor con el que seremos amados por toda la eternidad. Dios ya nos lo ha dado todo y quiere que nuestra fe llegue a tal profundidad de confianza que podamos entender justamente eso.

Regresando a mi propio Lázaro…cargado de fe busqué en los lugares que pensé que podía conseguir trabajo o quizá un préstamo y todas las puertas se cerraron. Meditaba sobre qué pasaría y ya comenzaba a desesperar y me fe a tambalear cuando Dios me puso en  mi mente que fuera a ver a cierto amigo que tiene una productora de tv para el que ya había hecho un par de programas. La verdad nunca se me había ocurrido ir a verlo.

Pero ni lo llamé.  Salí encaminado hacia allá y, a decir verdad, la idea en mi mente era pedirle una especie de adelanto a cuenta de futuros trabajos… Así que llegué a su oficina (en todo el camino había ido practicando el cómo iba a mencionarle el asunto del dinero) Y ni bien me vio, me dijo (versión resumida): “¿Qué crees? Acaban de darme un reality para Fox y ahora que estas acá y lo pienso, creo que serias perfecto para dirigir el contenido”

Me quedé helado.  Entonces me dijo cuanto iba a pagarme por el trabajo y yo, sin saber porque, abrí mi boca y le dije que aceptaba solo si me adelantaba el primer mes de sueldo… (Una locura, ahora visto a la distancia) Pero, contra toda lógica,  él aceptó y al otro día apareció el dinero en mi cuenta que resultó ser más de lo que yo necesitaba…

Todo comienza con un paso de fe hacia Jesús. Con la misma fe que abrimos nuestro corazón para aceptarle como Señor y obtener la gracia de la salvación por la fé en su obra en la cruz, podemos relacionarnos con Jesús y adentrarnos más y más en un reino que no tiene límites. Ante lo imposible, Dios solo me dijo: Si crees verás Mi Gloria. Lo hice y Él me dejó una impresión de fe que nunca se borrará de mi corazón. Ahora sigo creyendo y quiero ver más de Su Gloria hoy. 



                                        ¡Pásele a comer don Lázaro! 
                             ¡Que bueno que lo veamos caminar de nuevo!

Pablo David Monlezun



REFERENCIAS BÍBLICAS:


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