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jueves, 20 de junio de 2013

PAJARIN

Aún no amanecía cuando regresaba de llevar a Martina, mi perra French,  a su paseo diario, cuando a una cuadra y media de la casa, tropezamos con algo que había en el pasto. Ese algo salió aleteando y voló por debajo de las luces  hasta aterrizar en medio de la calle. Primero pensé en un murciélago, pero al acercarme más y ver la forma que tenía me di cuenta que era un pequeño pajarito. 

De seguro estaba enfermo y había quedado en el pasto porque ya no podía volar. 
Me di cuenta que, si lo dejaba en medio de la calle, el tráfico creciente de esa hora  iba a hacer que un auto lo aplastara. Yo sé que si un pájaro está enfermo y no puede volar, por lo general no pasa de ese día. No hay nada que hacerle al respecto. Pero, aunque sabía que ese pajarito iba a morir pronto, no quise dejarlo allí para que pereciera después de pasar los últimos minutos de su vida aterrado por los autos que pasarían a su lado antes del golpe fatal.

Crucé la calle para agarrarlo y lo dejé en el pasto frente a mi casa. Me dije: "al menos aquí morirá en paz". Pero cuando vi los ojos asesinos de Martina soñando con almorzarse el ave, caí en cuenta que si lo dejaba allí, solo lo habría salvado de morir aplastado por un auto para que muriero aplastada por dientes de algún perro.

Por eso lo tomé  y lo metí a la casa. Salí al jardín y lo dejé sobre la parrilla del fondo para que Martina no pudiera alcanzarlo. Le puse agua y comida cerca, pero no quiso nada, solo se quedo allí, tranquilo, mirándome. 
Aunque sabía que su estadía en mi jardín iba a ser muy corta, le puse por nombre: Pajarín.






En el esquema de billones de sucesos que estaban ocurriendo en el mundo en ese instante, lo que hice no tuvo impacto ni valor alguno. Ningún periódico lo publicó. Ningún noticiero lo televisó. Ni siquiera lo compartieron en Facebook y le pusieron un "like".

Pero alguien más sí estaba muy atento a lo que le pasaba a Pajarín.

La Biblia dice que ni un pajarito (como este que me miraba desde mi asador) cae sin que Dios lo apruebe.

Déjenme volver a esto: Ni un pajarito (No dice avión, no dice transbordador espacial, no dice bomba atómica) cae sin que Dios lo apruebe.

Seguramente para muchos este no es el pasaje mas recordado ni citado de la Biblia. 
No parece el más impresionante al menos. No se están abriendo las aguas, nadie esta resucitando,  no hay un sermón desde el monte que dicte la regla de oro ni promesas de bendiciones y coronas reales.

Dios ciertamente esta en las grandes cosas, en aquellas que, no por nada, denominamos de "proporciones bíblicas" y que solo Él puede lograr. 

Nos encanta leer a Dios abriendo el mar Rojo, en la nube de fuego, en las plagas contra la maldad de Egipto, en el foso con Daniel y algunos leones, en el pesebre viendo nacer a Su Hijo, resucitando a Lázaro, en la cruz viendo morir a Su Hijo y contando las horas para resucitarlo y salvar al mundo o en el Apocalipsis viniendo en las nubes con gloria, trayendo cielo y tierra nuevos…

Pero resulta que Dios también está detrás de un pajarito que cae.

Como lo comprobó Elías, Dios no solo puede estar en el terremoto y el fuego, sino también puede estar en el silbo apacible de una brisa oportuna. Él también está detrás de las cosas simples y pequeñas porque también forman parte de nuestro existir y a Dios le interesa todo lo referente a nuestra existencia porque nos creó para Su gloria.

Muchas veces en mi vida, Dios me ha mostrado su poder en cosas grandes e increíbles. He sido testigo directo de sanidades milagrosas, de prodigios asombrosos que desafían mi imaginación. Pero también Dios ha sido íntimo y me ha demostrado que hasta las cosas pequeñas y aparentemente sin importancia que preocupan a mi corazón, a Él también le importan.

Resulta que desde pequeño había tenido un anhelo secreto: siempre quise una fiesta sorpresa de cumpleaños. Nunca se lo conté a nadie y cada año esperaba que los que me querían la organizasen pero por treinta y un años a nadie se le había ocurrido esa brillante idea.

El día que cumplía 32 años de edad estaba viviendo en Lima, pasando por un período difícil, muy deprimido porque no sentía que avanzaba ni profesionalmente, ni espiritualmente ni personalmente. Esa tarde, una amiga me invitó a dar un paseo en su auto por mi cumpleaños (Un escarabajo morado, difícil de olvidar) Accedí de poca gana.

A mitad del paseo se detuvo en una pastelería y me compró un pastel de cumpleaños. Si antes estaba deprimido, ahora, paseando por Lima con mi pastel  sobre mis piernas, sentía como si el destino se estuviera burlando de mi desgracia.

En un momento pasamos cerca de la casa de un amigo adonde teníamos reuniones de oración. resulta que “Casualmente” ese amigo estaba paseando frente a la puerta de  su casa ¡A las ocho de la noche! Ella detuvo el auto y lo saludó. Él nos pidió que pasáramos adentro y ella, sin vergüenza alguna, pasó y me dejó detrás.

Yo no entendía nada hasta en ese segundo cuando, de pie frente a la puerta y viendo todo oscuro detrás,  lo comprendí: ¡Estaban a punto de darme mi fiesta sorpresa justo en el momento de mi vida que más la necesitaba!

Y fue en ese instante oí claramente la voz de Dios en mi corazón que me dijo: “¿Te das cuenta cuanto te amo?”

Mis ojos se humedecieron justo cuando al puerta se abrió, la luz se encendió y decenas de amigos me gritaron: ¡Sorpresaaaaa! Fue uno de los cumpleaños más inolvidables de mi vida. Nadie sabía lo que significaba para mi, nadie…excepto Dios.

Porque nada es demasiado pequeño para que a Dios no le importe.

La Corte Superior de México afirma que el abortar en el primer trimestre de gestación está protegido bajo de la constitución, o sea que es legal.  Durante ese período, en ese país y otros, la vida del feto no vale nada.

Dios, sin embargo,  le da importancia a un microscópico embrión. El salmista afirma que los ojos  de Dios ven el embrión y  Su presencia está dentro del vientre de la madre acompañando ese nuevo proyecto de vida.

Lo que el mundo toma como pequeño y sin valor, Dios lo puede convertir en todo un evento histórico: 

Mientras Natanael meditaba debajo de una higuera y a nadie en el planeta le importaba…Jesús puso sus ojos en él.

Días más tarde. En una humilde boda que solo le importaba a los familiares de los esposos, Jesús hizo su primer milagro transformando el agua en vino. Parece un desperdicio de divinidad, pero para el puñado de hombres insignificantes que lo acompañaban fue un regalo, una afirmación que Dios estaba entre ellos.

Años después, esos hombres insignificantes trastornaron el mundo en el nombre de Jesús.

Cada pequeño anhelo, cada pequeño problema que nos quita parte del sueño, le preocupan a Dios. ¡Si hasta tiene nuestros cabellos contados! Dios quiere ser parte integral y completa de nuestra vida. Él nos diseñó, nos puso nombre y con Su Voluntad tejió una excitante historia por donde llevarnos de la mano.

Finalmente, Pajarín dejó este mundo antes del atardecer. Lo que hice no cambió en nada el destino final del pajarito, pero si me cambió a mí.


Porque me recordó que Dios está atento a todo lo que sucede en mi vida y todo lo que Él hace tiene un propósito, ya que no hay cosa grande e imposible para el Creador pero tampoco hay cosa pequeña que no le importe. 

Por eso, dejemos todas nuestras ansiedades, anhelos, preocupaciones sobre Dios, porque Él tiene cuidado de nosotros. 
Por Su Palabra, sé que estuvo atento en el último suspiro de una simple ave y El dijo que nosotros valemos mucho más que un pajarito. Valemos la sangre de Su Hijo.

Pablo Monlezun



Pajarín alabando a Dios en el cielo



REFERENCIAS BÍBLICAS:

Mateo 10
Salmo 139
1 Reyes 19
Juan 1
1 Pedro 5

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1 comentario:

  1. Dios siempre nos cuida y nadie nos conoce mejor que El!

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