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miércoles, 31 de julio de 2013

A MI MANERA


Unos de los últimos temas que interpretó el cantante Elvis Presley en un concierto antes de morir se llama “A mi manera”.  Esta es una versión escrita por Paul Anka de un tema francés que nada tiene que ver con la versión americana. Es una especie de himno, popularizado por Frank Sinatra,  que dice básicamente que “hice las cosas como quise y me haya ido bien o mal, hice las cosas a mi modo”.
Elvis murió al poco tiempo de haber cantado esta canción. Falleció de un paro cardíaco a los 42 años. Su corazón ya no resistió después de mucho tiempo de abuso de drogas por parte de su dueño.  Fue el precio que pagó Elvis por vivir "a su manera".




Cierta vez estaba yo en Lima. Había acabado mis quince minutos de fama en la tele y  la música rock y caminaba por la Av. Javier Prado con pocos soles en el bolsillo y sin saber cuál sería mi próximo paso, cuando Dios me dijo claramente en mi mente “Quiero que traigas al grupo de rock Torre Fuerte y organices un concierto con ellos”.

A los Torre Fuerte (grupo cristiano de jazz rock formado en ese entonces por los Hnos. Hermosillo y Álvaro López Jr., todos ex músicos de Luis Miguel) los había conocido en mi programa de TV y me habían impactado por su talento, humildad y devoción a Dios. Entusiasmado por la tarea que me pedían, me puse manos a la obra y contacté a tres personas para que se unieran a mi causa: al dueño de una agencia de publicidad, a su ejecutiva de cuentas y a un misionero Guatemalteco que conocía bien al grupo.  Enseguida pensé “Esto será fácil. Con mis contactos voy a hacer que varias empresas patrocinen el evento y será un éxito”.
Decidí hacerlo “A mi manera”.

Unos meses después, se unió al evento la cantante Yuri que recién había entregado su vida a Jesús. Ahora todo cambiaba y necesitábamos expandir el evento a un estadio o domo. Los costos se triplicaron, pero yo decía con toda la fe: “No importa, porque estoy por cerrar con tal refresco o tal empresa y todos los gastos serán patrocinados” .










               Torre Fuerte


 Yuri

A dos días del evento, debíamos más de 30,000 dólares. No había patrocinadores. No se habían vendido ni el diez por ciento de entradas. Me dije: “No importa, voy a meter a Yuri desde dos días antes a un tour de prensa y vamos a vender todos los boletos”
Lo iba a solucionar “A mi manera”.

Yuri perdió el vuelo y llego el día anterior al evento, sin tiempo para mucha prensa. Para colmo de males, los medios habían ido el día anterior a la conferencia y, al ver la ausencia de la mexicana, dudaban de la veracidad del concierto. La noche anterior al evento me había dado cuenta los errores que había cometido  y todo vaticinaba que, un evento grandioso que había salido del corazón de Dios, iba a acabar en desastre porque yo quise hacer "a mi manera"…

Quizá esa canción se pudo haber inspirado en Naamán.

Naamán era un General sirio. Tenía la fama de haber ganado batallas, tenía el afecto y favor de su Rey... y tenia lepra. 
Una esclava hebrea le contó a la mujer del Rey que el profeta en Israel podía sanar al General de su aflicción. El Rey de Siria envió a Naamán con el profeta Eliseo.
Naamán fue, con su carro y sus caballos, y se detuvo a la puerta de la casa de Eliseo. El profeta envió un mensajero que le dijo al General: “Ve y lávate siete veces en el río Jordán, y tu cuerpo quedará limpio de la lepra”
Naamán se enfureció, y se fue diciendo:

Yo pensé que iba a salir a recibirme, y que de pie iba a invocar al Señor su Dios, y que luego iba a mover su mano sobre la parte enferma, y que así me quitaría la lepra. ¿No son los ríos de Damasco, el Abaná y el Farfar, mejores que todos los ríos de Israel? ¿No podría yo haber ido a lavarme en ellos y quedar limpio?

Naamán se enfureció porque Eliseo no lo curó a la manera de Naamán. Este ya tenía en su mente descrita la manera en que el profeta iba a sanarlo, pero…¿Acaso el profeta no sabía mejor que se necesitaba para sanar al sirio que este mismo?



Río Jordán

Ocurre que el problema de Naamán no era la lepra, ni el de Elvis las drogas, ni el mío el no poder conseguir patrocinadores para el evento. Nuestro problema era el orgullo.
El orgullo es uno de los peores enemigos del hombre. Nos ciega, nos miente, nos mete en problemas y nos mantiene alejados de la solución de los mismos.

Eliseo lo sabía y por eso ni siquiera salió a recibir al sirio. Cuando su criado le dijo a Naamán que hacer para quedar limpio, las palabras del enfurecido Naamán confirmaron su problema de orgullo, porque este  estaba acostumbrado a hacer todo "a su manera".

Es muy difícil dejar que Dios nos transforme a través de una pared de orgullo. El orgullo nos quita los ojos de la realidad. Nos impide ver nuestra necesidad de Dios. Por eso Dios nos recuerda en Su palabra todo el tiempo que tengamos cuidado con no caer en esta debilidad de carácter, porque nos hace fácilmente olvidar nuestro lugar y las bendiciones que Dios nos da.

Lo contrario al orgullo es la humildad. Esta pone nuestro corazón en las manos de Dios para que este pueda trabajar en él. El mayor ejemplo de humildad lo obtuvimos de Dios mismo: Jesús, el Rey de Reyes y Señor de Señores, nació en un humilde pesebre, hijo de un humilde carpintero e hizo solo la voluntad de su Padre hasta su humillación más sublime muriendo en la cruz para salvarnos.

Cuando se quita el orgullo, podemos sintonizar con Dios. Cuando Naamán lo comprendió y se dejó tratar por Dios, su corazón cambió y fue capaz de decir algo como esto al profeta:
“En ese caso permite que me lleve dos cargas de mula de tierra de Israel; porque este servidor tuyo no volverá a ofrecer holocaustos ni sacrificios a otros dioses, sino al Señor”

Solo la misericordia de Dios nos puede salvar del desastre que el orgullo trae a nuestras vidas. Yo he tenido que lidiar toda mi vida con ese problema (Quizá el ser argentino me ha predispuesto genéticamente un poco a este mal…quien sabe) pero la gracia de Dios me motiva a trabajar día a día para vivir como Jesús vivió.

Y esa gracia me salvó muchas veces de malas decisiones provocadas por el orgullo, lo que me lleva de nuevo a la noche previa al evento de música que Dios me había pedido que produjera…

Esa noche entendí mi error (especialmente al ver a mis socios que se querían arrojar desde la azotea porque debíamos mucho dinero y no había manera de recuperarlo a estas alturas) Luego de entender, Dios me dio la paz de saber que El se haría cargo de la situación que yo había creado.

A la mañana siguiente, aunque casi no había habido promoción y cierta prensa había insinuado que el evento era un fraude, cientos de personas corrían al estadio a comprar su boleto. 

Esa noche, el Coliseo Amauta se llenó con más de 15.000 personas y quedaron como 2.000 afuera sin poder entrar. Muchos conocieron a Jesús allí y todas las cuentas quedaron saldadas y yo aprendí lo que Elvis no pudo aprender: que las cosas siempre funcionan cuando las hacemos a la manera de Dios, porque es a la manera de Su voluntad y Su voluntad siempre es buena, agradable y perfecta.

Pablo David Monlezun



Concierto de Torre Fuerte y Yuri en el Coliseo Amauta. 
Todo el éxito de ese evento tuvo un solo responsable: Dios

REFERENCIAS BÍBLICAS:

2 REYES 5
DEUTERONOMIO 8
1 SAMUEL 2
PROVERBIOS 11
ROMANOS 1
FILIPENSES 2
SALMOS 10

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1 comentario:

  1. MUY BONITO. ME HIZO REFLEXIONAR MUCHO. FELICIDADES Y ADELANTE CON TUS NARRACIONES QUE SON UNA BENDICION

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